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Manipuladores y Características

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Es muy delgada la línea entre una persona que pide ayuda a una que manipula al otro para obtener réditos. En este último caso, ve al prójimo como un objeto, una mercancía, una cosa, un recurso para aprovechar. Son egoístas y utilizan diversos métodos para apelar al otro, como por ejemplo, la ilusión. Pero también pueden “servirse” de la presión o el engaño.


Existen diferentes razones por las que un hombre o una mujer es manipulador/a. Por ejemplo, comodidad, miedo o autoafirmación. Prefieren el camino más corto, las mentiras, las promesas que no cumplen, el chantaje, el soborno, etc. Se saltan los procedimientos para llegar al éxito con una gran facilidad. “No seas tan correcto”, “nadie lo notará”, “es más rápido de esta manera”, son algunas de sus frases favoritas.


Estas son algunas claves que te pueden ayudar a reconocer a un manipulador:



1. Están especializados en detectar las debilidades ajenas

Absolutamente todos tenemos debilidades, y son el instrumento que utilizan para herirte, puesto que si titubeas en lo que crees, hay algo que te produce vergüenza y deseas ocultar, la persona manipuladora tratará de averiguarlo y, si se da la ocasión, podrá usarlo en tu contra.


2. No se detendrán hasta conseguir lo que desean

Muestran pocos reparos a la hora de pisar a quien sea, para ellos el fin justifica los medios. Cuando van a actuar no les tiembla el pulso para hacer lo necesario con el propósito de alcanzar sus objetivos, con todo ello sus conductas suelen pasar desapercibidas ya que son buenos actores.

3. Son insaciables

La manipulación les hace sentir poderosos y, como suele ocurrir con el poder, siempre desean más. Sus principios morales están algo dañados, al ser conscientes que por sí mismos son incapaces de alcanzar un objetivo, pero que su capacidad manipuladora puede proporcionarles llegar a su meta haciendo uso de los méritos ajenos, a espaldas de los demás. Les colma la ambición, unas ansias que al igual que la droga les produce una especie de adicción.


4. Necesitan el control

El manipulador suele padecer el conocido como complejo de superioridad; suelen ser personas con rasgos cercanos al egocentrismo y al narcisismo. Les gusta superarse a sí mismas y superar el nivel alcanzado anteriormente, en busca de retos cada vez mayores.

No obstante, las personas que sienten la necesidad de considerarse superiores a los demás, incluso seres perfectos, medrando a través de los méritos ajenos, denotan una cierta inseguridad la cual revisten con la apariencia de poder, pero que en el fondo ocultan un miedo apabullante a mostrarse débiles.

Fuente: La Mente es Maravillosa - Psicología y Mente

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