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Extradicción de Javier Duarte

Buenas Noches Estimados Estudiosos de las Ciencias Forenses

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Desde las primeras horas de este lunes 17 de julio hasta las 14:30 pm, cuando ingresó el convoy de 11 camionetas que lo trasladaron al Reclusorio Norte de la Ciudad de México, el nombre de Javier Duarte, exgobernador de Veracruz, se convirtió en el Trending Topic, en la búsqueda más intensa en Google –más de cinco mil búsquedas en ese lapso– y en un show “en vivo y en directo” de enlaces de prácticamente todas las cadenas de televisión abierta y restringida.


Más que ilustrar sobre los siete delitos por los que se le acusan –dos del fuero federal y cinco del fuero común–, sus cómplices y el desastre humanitario que dejó en Veracruz, los medios televisivos estuvieron más pendientes de alguno de los gestos o frases que pudiera emitir este personaje al que le dieron tratamiento de celebridad del crimen.


Un auténtico Nerón tropical del que se recordaban sus desfiguros, su sonrisa cínica y sus frases enigmáticas.


El recorrido del convoy que lo trasladó del hangar de la Procuraduría General de la República (PGR) del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México al Reclusorio Norte fue grabado y transmitido en todas las cadenas televisivas. Como si fuera una celebridad digna de ser videograbada, las audio-imágenes del cleptomóvil que trasladó a Javier Duarte captaron los gritos de “ratero”, las mentadas de madre y los claxonazos que le recetaron al exmandatario en su paso hacia el reclusorio.


El show de Javier Duarte tuvo un doble interés mediático: por un lado, es el primero de los representantes de la “nueva generación del PRI” –como Enrique Peña Nieto lo calificó– que fue extraditado de Guatemala a México, a las 4:30 de la madrugada de este lunes; y, por otro lado, es el primer exgobernador del PRI que será juzgado bajo las reglas del nuevo sistema penal acusatorio.


De esta manera, aunque tuviera que “borrar” las imágenes de su rostro, el cuerpo y los gestos de Javier Duarte fueron captados desde su traslado de la cárcel de Matamoros hacia las instalaciones de la Fuerza Aérea Guatemalteca.


El sitio digital de la PGR difundió una fotografía de Duarte de Ochoa leyendo y firmando la cartilla de derechos que asisten a las personas en detención. La imagen se viralizó pronto en las redes sociales y acreditó que el político nacido en Córdoba, Veracruz, ya se encontraba en territorio mexicano.


Durante los 22 kilómetros de traslado del aeropuerto al Reclusorio Norte, las televisoras transmitieron en vivo los 35 minutos haciendo comentarios obsesivos sobre sus desplantes, sus gestos, sus excentricidades, pero sin abundar en los delitos y en la red de cómplices que construyó el exmandatario veracruzano.


Pocos comentaristas señalaron que Duarte de Ochoa no será juzgado por las desapariciones, asesinatos, secuestros, homicidios a periodistas, persecución a activistas que convirtieron a su administración en una larga noche para los habitantes de Veracruz.


Del total de tuits emitidos sobre el tema, 32.6% tenían algunos comentarios jocosos y memes sobre Javier Duarte, mientras 67.33% destacaban la desconfianza e incredulidad frente al juicio contra el exgobernador priista, según la medición de Twitter.


El show de Javier Duarte fue anticlimático porque a su llegada al Reclusorio Norte, los medios no pudieron entrar con cámaras ni micrófonos. Sólo pudieron ingresar con libretas, debido a las nuevas reglas derivadas del juicio adversarial acusatorio que trata de evitar las irregularidades al debido proceso.

Fuente: Extraido de EL PROCESO.COM


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