7 Asesinos Muy Inteligentes
Buenas Noches Estimados Estudiosos de las Ciencias Forenses
El asesinato es un acto imperdonable. Quitar la vida a otro ser igual a uno mismo; de carne y hueso, que respira el mismo aire, y que tiene sueños y esperanzas es aborrecible y hasta incomprensible para muchos. Que esos sueños terminen en unos instantes por las manos propias es un pensamiento que retuerce las entrañas de algunos, pero saca una sonrisa a otros
Andrew Cunanan – IQ: 147
Cunanan nació en un hogar religioso en San Diego, California, en 1969. Demostró una inteligencia superior desde joven, socializando principalmente con hombres mucho mayores que él y llegando a hablar siete idiomas fluidamente a los 21 años de edad. Su juventud fue hundiéndose en drogas, riquezas materiales, prostitución, una obsesión con pornografía violenta (en la que también participaba) y sexo excéntrico con sus parejas homosexuales, una de las cuales fue su primera víctima después de que lo abandonara.
A pesar de haber llamado la atención del FBI con tres asesinatos más, Cunanan no huyó de la justicia, sino que volvió a la comunidad gay de Miami. Unos meses después, mataría a su víctima final, el reconocido diseñador de moda Gianni Versace, provocando una búsqueda más agresiva de parte de la policía federal.
Al verse rodeado por la ley, Cunanan se suicidó antes de ser capturado.
Rodney Alcala – IQ: 160
Nacido como Rodrigo Jacques Alcala Buquor en 1943, en Texas, Estados Unidos, Alcala se desempeñó desde joven en la fotografía, incluso bajo la tutela del cineasta Roman Polanski. Era el más inteligente de su clase y obtuvo una licenciatura en Artes en la Universidad de California, Los Angeles. También fue aceptado en la Escuela de Artes de la Universidad de Nueva York.
El asesino y violador abordó a cientos de hombres y mujeres para que figuraran en su “portafolio” fotográfico, tal vez a manera de una lista de presas potenciales, aunque sus víctimas fueron mujeres de entre 8 y 31 años de edad a quienes engañaba con un encanto y labia excepcionales, virtudes que posteriormente llevaron al psicópata a ser invitado (y ganador) en el show de TV estadounidense The Dating Game.
Después de 8 asesinatos registrados -de unos posibles 130-, Alcala fue llevado a juicio tres veces y sentenciado a pena de muerte, también tres veces. Sigue vivo.
Nathan Leopold y Richard Loeb – IQs: 210 y 169
Nathan Leopold nació en 1904 en Chicago, Illinois. Se jactaba de la posición económica de su familia y de su inteligencia superior, cosa que lo alejó de sus padres y convirtió en objeto de bullying. Hasta fue abusado sexualmente por una institutriz a los 12 años de edad.
Después de que su familia se mudara a un barrio exclusivo de Chicago, fue transferido a la Escuela de Harvard, donde su educación avanzó rápidamente. Entró a la universidad de Chicago a los 15 años. Es aquí donde conocería a su codelincuente, Richard Loeb.
Loeb nació en 1905, también en Chicago. Era otro niño extremadamente inteligente: saltó varios grados en el colegio y entró a la Universidad de Chicago a los 14 años de edad. También era de familia adinerada, pero se diferenciaba de Leopold en sus habilidades sociales, ya que era considerado un niño agradable y popular.
Desde pequeño estuvo interesado por el robo, el vandalismo y la piromanía. Además, se hacía fantasías de una vida perfecta como criminal, con todo y planes para un “crimen perfecto”.
Estos planes serían compartidos e inoculados en Leopold -a cambio de favores sexuales- años más tarde, cuando se reencontraron para cursar el postgrado de sus carreras respectivas. Llevaron a cabo su soñado crimen con Bobby Franks, de 14 años de edad, a quien secuestraron, mataron a golpes con un cincel y quemaron su rostro y genitales para esconder su identidad.
Fueron descubiertos y capturados por una nota de rescate que enviaron al padre del niño después de abandonar el cuerpo en una cuneta: Franks contactó a la policía, quienes encontraron los lentes de Leopold cerca de la escena del crimen y los rastrearon hasta los asesinos. Ambos evadieron la pena de muerte y fueron condenados a cadena perpetua, más 99 años.
Loeb murió asesinado en la cárcel por su compañero de celda después de hacerle supuestas proposiciones sexuales. Leopold obtuvo libertad condicional después de 33 años, escapó a Puerto Rico y murió a causa de un infarto producto de su diabetes.